EL ÚNICO CONSEJO ZERO WASTE QUE NECESITAS

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Antes de comenzar a explicaros un poco nuestra experiencia en la reducción de residuos, queremos hacer una pequeña pero importante aclaración. El zero waste no es aplicable al 100%.

No se puede crear 0 residuos por mucho que las grandes valedoras del movimiento os enseñen tarros medio vacíos y os digan que es el tarro de 6 años. NO ES VERDAD.

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Afirmamos esto último con conocimiento de causa. Hemos estado durante más de 1 año esclavizadas buscando como no generar ni el más mínimo residuo. Y conseguimos dejar nuestro residuo en un tarrito y un poco de otro. Y eso con un esfuerzo atroz y siendo muy cabezonas.

Esto nos ha servido para algo muy importante cuando comienzas a interesante por un movimiento que desconoces, saber qué es verdad y qué no lo es. Y poder trazar la mejor estrategia para que tu aportación al movimiento sume y no reste. 
Esa es nuestra meta cuando nos metemos de lleno en algo. Ser parte activa de un movimiento que busca minimizar la huella individual en el planeta es lo que la gran mayoría de la gente quiere cuando comparte información y tips para que los demás lo tengan más “fácil”.
Para nosotras eso debe ir acompañado de hacer pensar a la gente. Abrir debates por muy poco populares que estos sean.
En este post no tenemos previsto hablar de los claroscuros del movimiento , esto lo trataremos en otras entradas. 
Nos tenemos que quedar con este primer concepto y a partir de saber que el concepto cero residuo no es aplicable, por mucho esfuerzo que hagamos para conseguirlo, podemos afirmar que cambiando nuestro hábitos de consumo hemos conseguido reducir más del 90% de nuestra basura. No generamos 0 pero generamos mucha menos que la media (pero cuando hablamos de mucha es MUCHA).

Hay que tener en cuenta que si el zero waste por definición busca reducir al mínimo la huella que dejamos en el planeta, no podemos poner solo el foco en el residuo plástico aunque tampoco hay que dejarlo de lado.
Nos da la sensación que el movimiento se ha quedado solo en la punta del iceberg. El plástico de un solo uso es un problema medioambiental pero la huella ambiental va mucho más allá de un único problema.

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Uno de los primeros pasos y creemos que el más importante es observar nuestra basura y nuestro consumo.
Darnos cuenta de qué residuos son los más habituales en nuestra casa.
Eso nos servirá para poder buscar una alternativa más sostenible y evitar crear esos residuos.

Os pondremos un ejemplo.
Nosotras uno de los residuos que más habitualmente generábamos eran los bricks de leche vegetal. Nuestra solución ha sido hacer leche vegetal casera.
Ahora tomamos leche vegetal más variada y de mejor calidad. A parte de ahorrar ese residuo y bastante dinero.
Solo tenéis que haceros con una tela de gasa sin blanquear (de buena calidad) para filtrar aquellas leches que dejen más pulpa. Ya que esta puede ser molesta.

Otro de nuestros residuos estrella eran las botellas de agua.
Esta solución nos llevó un tiempo encontrarla. Estuvimos meses buscando la mejor alternativa. Esta claro que la mejor alternativa es el agua del grifo. Que es potable. Pero queríamos, a parte, filtrar esa agua para poder quitarle las posibles impurezas.
Entonces, después de estar mucho tiempo investigando, dimos con la mejor opción para usar como filtro. El carbón activo Binchotan.
Nos costó mucho conseguirlo y antes de tenerlo probamos muchos otros, carbón de marabú, carbón activo en pellets, bambú, … Sin duda el Binchotan es el mejor.
Puestos algunos ejemplos de los que nosotras llamamos cambios 1x1 (cambiar una cosa por otra para conseguir un resultado más sostenible) os vamos a decir los cambios más fáciles que podéis hacer para evitar que el plástico os persig. Pero queremos insistir en la importancia de no dejar que estos cambios sean solo cambiar una cosa por otra. Si queremos paliar los efectos de la crisis climática que tenemos encima debemos ir mucho más allá. 

Tomémonos esto muy enserio, solo tenemos 1 planeta y lo estamos matando.

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Para esto primero, solo hay un consejo que os podemos dar LOS CAMBIOS 1X1. Como hemos comentado más arriba.
Aquí entran muchos puntos. Comprar a granel, usar cepillos de dientes de bambú, cambiar los líquidos (jabón y champú) por los sólidos, llevar siempre tu propia botella de agua y pajitas (en caso de que las uses), llevar bolsas siempre en el bolso o mochila …
En definitiva, cambiar un objeto de usar y tirar por uno reutilizable o bien uno que genera residuo plástico por otro que no lo genere.
Es un paso muy sencillo, quizás el más sencillo de todos. Podéis encontrar muchos de estos productos en nuestra tienda online Rebellum Store.

O cambiar los productos de limpieza por un solo producto de limpieza. No todo lo que nos venden es necesario.
Reducir lo que compramos, volver a darle vida a objetos que no usemos ya sea vendiéndolos de segunda mano o donándolos a algún sitio, y algo muy básico y que mucha gente sigue sin hacer, reciclar.
Son los primeros pasos que toda la gente interesada en el movimiento ha encontrado cuando se ha puesto a informarse.
Esto solo son puntos base para ayudar a las personas a no entrar en la vorágine del consumo y comenzar a repensar en que invertimos nuestro dinero y que esas inversiones tienen consecuencias.

Pero hay que ser conscientes que esto no es suficiente visto el calado del problema que hemos generado.
Así que vamos a tocar algunos puntos que son importantes para reducir la huella que dejamos en el planeta y que el zero waste parece haber olvidado.
Vamos allá:

  • HACERTE VEGANO.
    Este punto, aunque puede resultar controvertido dentro del movimiento zero waste, es de los más importantes.
    El 80% de la deforestación de los grandes bosques del mundo viene dada para conseguir tierras para pastoreo y ganado y para plantar soja para alimentar a ese ganado. Por lo que resulta evidente que si quieres reducir la huella que generas debes dejar la carne y los productos de origen animal.
    El 46% de la basura plástica en el mar viene del sector pesquero. Esta claro que es un problema, no?
    Perdemos biodiversidad al ritmo más acelerado de la historia. Unas 200 especies al día se extinguen por la acción de los humanos.
    Podríamos seguir dando datos pero entonces el artículo se alargaría mucho y no queremos que eso pase. Creo que estos datos son más que suficientes para ver con claridad que dejar fuera de tu plato a los animales es importante.
    Eso dejando a un lado la cuestión ética del asunto.

  • USAR TRANSPORTE PÚBLICO
    Evitar el coche o en caso de que sea indispensable su uso que sea compartido.
    Hoy en día hay multitud de apps que ponen en contacto a gente para compartir coche.
    El transporte público debe ser la opción número uno. Y exigir un transporte público de calidad es cosa de todos.
    En caso de tener el trabajo cerca, coger la bicicleta o ir andando puede ser una muy buena opción.

  • VIAJAR MENOS Y MEJOR
    Esta claro que con la globalización los precios de los viajes han bajado. Ahora nos plantamos en la otra parte del mundo en un pestañeo y por muy poco dinero. Eso ha hecho que haya un boom de viajes. 
    El tráfico aéreo ha aumentado año tras año en los últimos diez.
    Según el ATAG, en 2018 se registraron 12 millones de pasajeros en 120.000 vuelos diarios.
    Es el 3,6% de la actividad económica mundial.
    En 2017 se utilizaron 341mil millones de litros de combustible.
    Creo que los datos hablan claro.
    Hay que tener en cuenta que si todos los países viajarán al mismo nivel que lo hacemos ahora podría ser un caos.

  • TENER MENOS HIJOS O NO TENER
    Es un tema controvertido pero es la decisión que más puede reducir las toneladas de CO2 que generamos como individuos. Como dice Wynes (investigador canadiense)

“El problema no es tanto tener más hijos sino tenerlos en una sociedad insostenible, donde cada persona emite demasiada polución climática”.

Estamos ante una crisis climática sin precedentes. Los datos estadísticos generados sobre el cambio climático están quedando hechos añicos. Estamos viviendo consecuencias que no estaban previstas hasta el 2050
ya que estos datos salen de haber tomado decisiones en el momento de detectar el problema. Eso no pasó. Esas medidas no se han implementado. Se ha hecho la vista gorda y hemos negado la mayor. Hasta a día de hoy con medio mundo en llamas se sigue negando que el cambio climático va a cambiar la manera en la que nos relacionamos con el mundo, nos guste o no.

Os vamos a dar un dato. Por cada hijo menos que tiene una familia estadounidense se consigue el mismo nivel de reducción de CO2 que si 684 adolescentes empezaran a reciclar ahora para el resto de su vida.
Hemos leído en muchas ocasiones que lo egoísta es no tener hijos. Porque entonces saldrán niños de gente que no tiene conciencia ecológica.
Nos parece una afirmación un poco aventurada. Que alguien con cierta consciencia ecológica tenga hijos no hará que salgan clones ¿o, a caso sois iguales a vuestros padres?
Por otro lado, nos parece un argumento clasista. Se puede generar un impacto en las nuevas generaciones sin necesidad de que lleven nuestros apellidos. Y es algo que debemos plantearnos como una realidad. La educación, la lucha por su futuro debe comenzar desde ya.
Los estudios son unánimes al afirmar que las nuevas generaciones vivirán peor que sus padres. Nosotras ya lo estamos viviendo.
El desastre que les dejaremos es de una magnitud que no podemos imaginar. Estas generaciones vivirán sus vidas tratando de reparar la herencia nefasta que generaciones anteriores les van a dejar. Sin duda su status quo será otro muy distinto.
Aquí dejamos esta reflexión. 

Con todo esto os queremos hacer ver que aunque nosotras comenzamos viendo solo la punta del iceberg nuestro empeño por aportar algo más al movimiento y estar activas ante la crisis climática nos ha abierto los ojos y nos ha llevado a debates que al principio ni siquiera nos planteábamos. 

Nos hemos dado cuanta que el zero waste se ha quedado solo en el consumo y debe ir mucho más allá.
Por tanto podríamos decir que la huella que dejamos como individuos no debe quedar únicamente relegada al consumo ni al ámbito del hogar. La huella individual esta en todas las decisiones que tomamos a diario.

Aunque aquí nos hemos centrado en el individuo, hemos de ser conscientes que es un problema global por lo que la lucha también debe serlo.